domingo, 26 de febrero de 2017

La Isleta del Moro: Belleza en su máxima expresión, dentro y fuera del mar


 En Cabo de Gata podremos observar uno de los fondos más ricos de nuestras costas.Unos inviernos muy suaves y unos veranos con temperaturas en torno a los 30 grados hace de la práctica del buceo el deporte por excelencia en esta zona durante todo el año. La diversidad de sus fondos, con zonas arenosas, de vegetación y rocosas ofrece una gran variedad en cuanto a paisajes se refiere y como no, a la diversidad animal que encontraremos. Sus fondos de roca volcánica ofrecen extrañas formaciones y oscuras cuevas que los buceadores más experimentados disfrutarán explorando.


Las 12.000 hectáreas de reserva marina es lo que realmente hace especial a este parque. Porque si a un entorno de naturaleza casi virgen, unimos paisajes espectaculares y  le sumamos el hecho de ser una reserva marina con serenas playas de agua limpia, podemos decir, sin temor a exagerar, que hemos encontrado el paraíso.


Una excelente visión bajo el agua, con fondos cristalinos y una afluencia escasa  de bañistas consiguen que en este parque podamos encontrar la paz, el sosiego, la belleza  y el merecido descanso que todos soñamos para nuestras vacaciones.



 Debemos recordar que para realizar buceo con equipo autónomo es necesaria la autorización que se tramita en la Subdelegación del Gobierno en Almería, en las oficinas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar de la CMA de la Junta de Andalucía o bien bucear con los numerosos centros de buceo que encontraremos diseminados por los pueblos costeros del parque.



El parque se ubica en el extremo suroriental de la Península Ibérica. La franja marítima protegida se extiende a lo largo de 63 km entre la Playa de las Salinicas en Carboneras y la Rambla de Aguas en la capital, adentrándose hasta una milla náutica , es el mayor espacio marino protegido en la costa continental europea. San José, Rodalquilar, La Isleta del Moro, Agua Amarga, Las NegrasCarboneras, San Miguel de Cabo de GataNíjar  serán las localidades donde disfrutaremos del mar mediterráneo.


Entre la fauna marina más habitual encontraremos meros, lubinas, melvas, dentones, sargos, cabrachos,  bancos de salmonetes, sepias, calamares y pulpos. Dentro de las especies vegetales cabe destacar la presencia de extensas praderas de Posidonia Oceánica, que tan importante son para asegurar la gran riqueza biológica de la zona. Estas praderas pueden observarse a partir de los 5 metros de profundidad y  se adentran hasta mar abierto. El coral anaranjado, nacras, y multitud de especies de algas serán observadas por nuestros objetivos. 

Pero situándonos en la localidad objeto de este articulo, muchas serán la inmersiones que podremos hacer desde la Isleta del Moro. Una bella localidad que con la mezcla del blanco de sus casas, el azul añil de su mar, puertas y ventanas  y el color albero de su áridas tierras nos transportarán a un paradisíaco entorno que jamás querremos abandonar.


Bien con el premiso de la Junta de Andalucía o en compañía de los centros de buceo que se encuentran en La Isleta podremos hacer hasta 16 inmersiones diferentes, casi todas desde barco. Podremos admirar los espectaculares juegos de luces  en las barras rocosas y pasillos que se encuentran en la Cueva del Francés, hogar de varios meros, abadejos, corvinas e infinidad de reyezuelos. O grandes bancos de corvinas, dentones, espetones, nudibranquios y planarias en la Piedra de Los Meros.


En El Bajo de San Felipe encontraremos una montaña sumergida que se eleva desde un fondo de arena completamente tapizada de Posidonia. Observaremos grandes bancos de alevines. En mar abierto, a unos 200 metros de la costa, fondearemos en Los Amarillos, también conocida como la inmersión de los burros, en ella se localizan dos grandes lajas de piedra que se elevan poco mas de un metro separadas la una de la otra por un pasillo de arena. Recorremos las dos lajas observando la numerosísima fauna que allí habita .


La Amatista  con un escalón rocoso con numerosos cañones o Las Hermanicas donde avistaremos meros, morenas, cabrachos y brótolas. 


El Túnel Naranja, La Restinga de las anclas, la Roca de Blas, la Cueva del Frío, Cala Rosa, El Templo, El Carnaje o la Cala de San Pedro serán otras de las opciones que tendremos para admirar los fondos marinos del parque.



Aunque no se encuentra en la Isleta del Moro, no queremos pasar por alto una de las inmersiones que, a mi juicio, me parecen más interesantes. Si tenemos la titulación correspondiente no nos podremos ir del Parque Natural sin bucear en El Vapor. Entre una profundidad de 28 a 42 metros nos encontramos a menos de una milla del faro de Cabo de Gata el pecio del “Arna”, mercante checoslovaco que se hundió en el año 1928 tras chocar con la laja del cabo. La popa se mantiene entera, salvo el puente que fue destruido al ser dinamitado por la Armada. Conserva aún una enorme hélice donde es costumbre hacerse la consabida fotografía. Si somos buceadores técnicos nos adentraremos en sus bodegas colonizadas de vida marina. En el exterior nadan grandes ejemplares de dentones, peces luna, meros, espetones y águilas de mar. Una inmersión que no todos pueden hacer debido a las grandes corrientes que allí se desarrollan.


Pero volvamos a "nuestra Isleta". Saliendo desde la misma playa podremos hacer una primera inmersión que sin duda no abrirá las expectativas de lo que nos puede ofrecer nuestra estancia en el Parque Natural.


 Conocida como la Punta de la Isleta, entre una profundidad de 5 a 15 metros, seguiremos todo el contorno de la montaña, pasando por diferentes cañones, hasta llegar a la punta, dependiendo del gasto del aire se puede dar toda la vuelta y regresar por un estrecho cañón central. Zona de guardería con grandes bancos de alevines que buscan protección en las formaciónes rocosas. Color, color y más color entre los desfiladeros con aspecto volcánico, las praderas de poseidonia y los arenales que constituyen los tres típicos hábitats del mediterráneo.



Recónditos pasadizos de la zona de Escollos junto a La Isleta del Moro o la Cala de San Pedro con abundancia de restos arqueológicos, el Vapor Arna, abundante fauna marina y el poder descansar en caprichosos acantilados, playas vírgenes, dunas a pie de mar, etc. hace de este entorno un lugar donde cualquiera estaría dispuesto a perderse.


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