miércoles, 20 de julio de 2016

BUCEANDO EN ESTEPONA: LOS TUBOS

Una breve introducción




La localidad de Estepona, situada al sur occidental de la provincia de Málaga es parte de la mancomunidad de municipios de la Costa del Sol. Último municipio de la provincia malacitana que linda con la provincia de Cádiz, conserva la magia y encanto de los pueblos blancos de Andalucía. Un centro urbano que evoca todavía a tiempos árabes gracias a sus pequeñas callejuelas con encalados blancos y balconadas de flores contrasta con la nuevas edificaciones planteadas para el turismo que en los meses estivales colonizan este pueblo con un amplio sabor marinero.

Larga es la historia de esta localidad habitada ya desde la prehistoria. Con pasado íbero y orígenes romanos que la sitúan como una importante villa no solo de uso industrial sino también defensivo recbiendo su topónimo en época musulmana. Estebbuna fue ciudad de renombre en el mediterráneo occidental hasta que en el siglo XV fuera conquistada durante el reinado de Enrique IV, hermano de Isabel La Católica. En la actualidad es un municipio turístico a 83 kilómetros de Málaga que cuenta con 67 mil habitantes y se extiende por 137 kilómetros cuadrados.


Bucear en Estepona


Varias son las inmersiones que podremos hacer en Estepona:
Partiendo de la zona más cercana a la provincia de Cádiz nos encontramos con la playa de La Sal, aunque no pertenece a este municipio sino a Casares, situado a unos 27 km, son muchos los que la confunden con parte del municipio por su cercanía a la localidad esteponera. El arrecife de la Perla, como se conoce a esta inmersión, se encuentra a unos 200 metros de la playa con una profundidad entre los 6 y los 18 metros. Es una de las pocas inmersiones en la zona que se hacen desde la costa. Desde sargos y salemas hasta pulpos, congrios y morenas serán algunas de las especies que nos podremos encontrar buceando por los pasadizos y grandes rocas que se encuentran durante la expedición.



El Yate de las Ánforas a unas 4 millas de la costa es un yate que descansa sobre la arena a unos 26 metros de profundidad y que se hundió debido a un fuego a bordo durante el año 2008. Recibe su nombre del cargamento que llevaba este yate hoy esparcido alrededor del pecio. Estas ánforas son refugio de la vida marina y se encuentran en un buen estado de conservación. Lo más significativo de esta inmersión es la gran cantidad de congrios que en este pecio habitan, de considerables dimensiones, llegando a alcanzar los cuatro metros de longitud.


Las lajas que también haremos desde barco, son tres escalones formados por placas tectónicas y que en algunas partes forman un medio tubo a unos doce metros. En esta inmersión podremos encontrar una colonia de congrios acompañados de varias morenas, centollos, bogavantes y gorgonias.

Notormira, también por la costa de Estepona, es un pecio apoyado sobre la quilla en la arena a unos 30 metros de profundidad. Inmersión ideal para los amantes del óxido. Muy interesante resaltar que se puede recorrer entero en su interior, saliendo por la escotilla de proa. Aún evolucionando a lo que vida se refiere debido a su reciente hundimiento que data de 2011 y que cada día cuenta con más vida por lo que más de una sorpresa nos podremos encontrar

La pradera de Posidonias en El Saladillo, se encuentra en la costa entre los ríos Guadalmina y Guadalmansa y hasta una profundidad media de 30 metros, ocupando un espacio de unas 1'7 hectáreas. Es uno de los caladeros de pesca más importantes de la zona por lo que podremos intuir que será una inmersión donde la vida y la belleza de esta planta autóctona del mediterráneo y en peligro de extinción en nuestras costas, nos transportará a lugares que no asociamos con Andalucía. Dentro del proyecto Life Posidonia son varias las mediciones que a lo largo del año se efectúan en esta pradera para determinar el estado de la misma. La asociación Hombre y Territorio en colaboración con el Club de Buceo Estepona acogidos a este proyecto dependiente de la Agencia de Medio Ambiente, son los encargados junto con voluntarios marinos de efectuar estas tareas.

Pero hoy nos detendremos en una de las inmersiones que, bajo mi punto de vista, me parece más interesante. Primero por la cantidad de vida que en ella podremos ver pero no menos importante, porque es una inmersión muy fácil, a no mas de 18 metros de profundidad, que podremos disfrutar acompañados de buceadores noveles sin grandes conocimientos del medio marino y del arte de bucear.
Aconsejo que se haga desde barco, aunque también la podremos hacer en infantería desde la costa. Eso sí, pegándonos un considerable palizón nadando hasta el punto de inmersión con lo que llegaremos cansados y temiendo el camino de regreso.
En la localidad de Estepona nos podremos encontrar varios clubes, teniendo a nuestra disposición uno en el mismo puerto deportivo. Allí un gran equipo de profesionales nos llevarán a la zona en barco y nos guiarán esta inmersión para que no tengamos ningún mal sabor de boca.

Hace ya varias décadas, la carretera que une la capital malacitana con Cádiz pasaba muy cerca de la costa. Debido a su cercanía con varias serranías, entre ellas la de Ronda, era frecuente que esta carretera nacional se inundara. Con lo que se proyectó un tubo de unos dos metros de altura que pasara bajo esta carretera y desembocara en el mar saliendo a la superficie del fondo marino sobre un lecho de rocas a un kilómetro de la costa consiguiendo recoger el agua que bajaba de la sierra y evitando las inundaciones de esta carretera.


Camino a los Tubos



Saliendo en barco desde el puerto deportivo de la localidad nos dirigiremos en dirección a San Pedro de Alcántara en una travesía en barco en la que divisaremos en todo momento la costa esteponera. Unos quince minutos más tarde fondearemos en medio del mar y comenzaremos nuestra inmersión. Primero lo haremos por su cara derecha. Bajo el tubo, en el lecho de rocas nos iremos encontrando gran variedad de especies marinas.
Ermitaños, sargos, multitud de anémonas y gorgonias de colores blancos, rojos, azules y amarillas nos teñirán de color nuestra inmersión.


Pero quizás lo mas significativo de esta inmersión sean las morenas y congrios que entre las rocas nos podemos encontrar. El congrio, también llamado negrillo, safio o culebra, se encuentra en todo el Mediterráneo, muy cerca de la costa cuando son jóvenes entre lechos de roca y arena y se desplazan a zonas más profundas cuando alcanzan la madurez.


Es por esto que los ejemplares que aquí veremos nos impresionarán ya que su longitud pueden alcanzar varios metros, siendo casi imposible hacerles una fotografía con macro en la cual salga todo el especimen. Su cuerpo es cilíndrico, del tipo anguiliforme, con una piel sin escamas y con una apertura branquial. Es un voraz depredador nocturno de peces, sobre todo crustáceos y cefalópodos pero esto no impedirá que a lo largo de este enorme tubo podamos observar diferentes tipos de pulpos de considerable tamaño. Cangrejos ermitaños, morunos y sastres también componen el menú de estos congrios por lo que no será difícil verlos entre las rocas, bajo el tubo.


Una vez que nuestra botella nos marce la mitad de su capacidad, pasaremos al otro lado del tubo y volveremos hacia el cabo del barco disfrutando de todo lo que nos falta por observar. De seguro que alguna morena sera objeto de nuestros flashes.

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